Día Internacional de la Salud Menstrual

Celebramos el Día Internacional de la Salud Menstrual para evidenciar y dar voz a todos los problemas que sufrimos las mujeres por menstruar, un proceso biológico cargado de estereotipos, estigmas y condicionamientos sociales.

En 2014, la ONG Alemana Washed United crea la iniciativa de celebrar el Día Internacional de la Higiene Menstrual con el objetivo de visibilizar la salud menstrual, la pobreza menstrual y los estigmas sociales que siguen existiendo. Desde entonces, somos muchas las que hemos renombrado este día como el Día Internacional de la Salud Menstrual, ya que el término «higiene» condiciona y estigmatiza a la menstruación como algo sucio o impuro, que es justo una de las asociaciones culturales y sociales que tratamos de cambiar.

Aunque el tema de este año se centra en la pobreza menstrual, en este post también hemos querido reflexionar sobre otros temas como el estigma de la menstruación, la falta de equidad y perspectiva de género en la investigación científica y la necesidad de educar sobre la menstruación más allá de del proceso meramente biológico.

El estigma de la menstruación:

La sangre menstrual se ha considerado en muchas culturas a lo largo de la historia como algo sucio, que pertenece al ámbito privado de la mujer y debe vivirse con discreción. 

Aunque parezca mentira, hoy en día siguen habiendo países donde permanece la segregación menstrual, obligando a las mujeres a aislarse durante su ciclo menstrual porque se les considera impuras. 

La falta de aceptación y naturalización de la menstruación, hace que muchas mujeres vivan en silencio su menstruación y las prevenga de buscar ayuda en su entorno, e incluso asistencia médica cuando la necesitan.

Por otro lado, la caricaturización de la menstruación está muy asentada en la sociedad como forma de ridiculizar a las mujeres. Todas hemos escuchado alguna vez frases tipo “déjala, que tiene la regla”, como una forma de invalidar nuestras capacidades o nuestra objetividad frente a una situación. Estas asociaciones están muy extendidas y aceptadas en la sociedad y es por eso demandamos más educación en las escuelas menstrual con perspectiva de género.

La pobreza menstrual:

La pobreza menstrual es la falta de acceso a productos menstruales, educación menstrual e incluso dificultades para tener acceso a lo más básico: agua potable, papel higiénico y jabón.

La pobreza menstrual tiene consecuencias gravísimas nivel físico, psicológico, social y laboral como infecciones urinarias y vaginales, alteraciones en el ciclo menstrual, ansiedad, depresión, baja autoestima, estigmatización, discriminación y absentismo laboral y escolar.

En España, se calcula que 2 de cada 10 mujeres padecen pobreza menstrual cada mes. Es alarmante saber que la Viagra se considera un producto de primera necesidad con un IVA del 4%, y las compresas o tampones tengan un gravamen del 10%. Eliminar la “tasa rosa” y facilitar estos productos de forma gratuita debería ser una prioridad como así lo hacen en otros países como Escocia y Nueva Zelanda.

Ciencia, investigación y menstruación:

Aunque parezca mentira, la menstruación se ha utilizado en el mundo científico para justificar la exclusión de mujeres en estudios científicos. Esto se traduce en que la representación femenina en ensayos sigue siendo muy inferior a la de los hombres. 

El pretexto para justificar esta falta de equidad en la investigación científica se debe a nuestros cambios hormonales, ya que dependiendo de la fase del ciclo en la que estemos, la interacción con ciertos fármacos puede variar. Como estudiar esto conlleva más esfuerzo y presupuesto, en la mayoría de estudios científicos el porcentaje de mujeres o de ratas hembra es muy inferior al de los hombres o ratas macho.

Esto tiene un efecto brutal en la efectividad de los fármacos, por ejemplo, hoy sabemos que la Aspirina, que se ha recomendado toda la vida para infartos de miocardio, funciona muy bien en hombres pero tiene muy poco efecto preventivo en mujeres y peores efectos secundarios que en los hombres.

La falta de equidad en estudios científicos significa que prácticamente a más de la mitad de la población se le está recomendando fármacos o vacunas sin ninguna evidencia empírica sobre su efectividad.

Por otro lado, la falta de estudios sobre problemas reproductivos y hormonales específicos en mujeres es muy evidente en casos graves como la Endometriosis. Aunque sabemos que más de un 20% de mujeres la sufre, una mujer tarda una media de 7 años en obtener un diagnóstico firme y todavía no se sabe a ciencia cierta de dónde proviene, ni existe tratamiento específico alguno.

Educación menstrual con perspectiva de género:

La percepción de la menstruación a nivel social nos afecta a nivel personal, por eso es vital que hayan programas de educación menstrual con perspectiva de género en las escuelas.

Esto significa impartir educación menstrual tanto a niñas como a niños, e ir más allá de ahondar en el proceso biológico de la menstruación y profundizar también en los problemas psicológicos, sociales, económicos y culturales que todavía existen sobre este tema. 

La educación menstrual puede ayudar a desmontar los estigmas, desinformación y mitos que siguen vigentes en nuestra sociedad, además de empoderar a las niñas que comienzan sus ciclos y a ayudarles a vivir sus ciclos con información, naturalidad y aceptación.


Este artículo es de carácter informativo y no intenta diagnosticar, ofrecer tratamiento médico, nutricional o reemplazar el consejo de una terapeuta profesional. Consulta con una profesional de la salud antes de comenzar cualquier tratamiento.


REFERENCIAS:

  1. https://observatorio.tec.mx/edu-news/absentismo-menstruacion
  2. Referencia bibliográfica: M. Pilar Sánchez López y Rosa Limiñana-Gras. “The Psychology of Gender and Health”. Elsevier/Academic Press. 2017.
  3. https://elpais.com/elpais/2015/04/30/ciencia/1430407097_904479