LA CRISIS DE LAS MATRONAS ES UNA CRISIS DE LA SALUD DE LA MUJER

En un día como hoy, es imposible hablar de partos respetados y de terminar con la violencia obstétrica, sin vincularlo a la crisis de las matronas en España.

Las matronas o parteras, fueron en su día la máxima autoridad en la salud de la mujer, no fue hasta que llegaron los primeros obstetras del siglo XVIII que las relegaron de sus funciones y les dieron un lugar asistencial, siempre a merced de lo que dictaran los recién llegados sin apenas conocimientos sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres.

Es a partir de esta injerencia donde se patologiza el parto y asientan las bases de los abusos y la violencia obstétrica sistematizada que seguimos sufriendo las mujeres a día de hoy.

Pese al intrusismo y a su relegación en funciones, las matronas siguen ocupando un papel fundamental en la salud reproductiva y sexual de las mujeres ya que nos acompañan a lo largo de todo nuestro ciclo vital: desde la adolescencia, hasta la menopausia.

Quizás su función más reconocida sea su labor durante su asistencia en el embarazo, parto, postparto y lactancia, pero también son responsables, dentro de la Atención Primaria, de fomentar la educación y asistencia en salud sexual y reproductiva de las mujeres, prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual y detección de cáncer de cérvix, entre otras funciones. 

España es uno de los países europeos con el peor ratio de matronas por habitante, si la media europea es de 25 matronas por cada 1.000 partos, en España la media es de 12 matronas/ 1.000 partos. La Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) lleva años alertando sobre la necesidad de poner el foco en aumentar el número de matronas en nuestro sistema sanitario y poder alcanzar los ratios adecuados que determina la OMS para garantizar partos seguros y respetados.

Necesitamos ensalzar la labor y el protagonismo de las matronas en el parto.

Las matronas han sido formadas y entienden el parto como un proceso fisiológico natural, no patológico o intrusivo, que debe ser respetado. Esta visión del parto y de sus funciones, se traduce en partos más respetuosos con las necesidades de las mujeres y de sus hijos que tienen un 50% menos de probabilidades de derivar en parto quirúrgico.

La falta de matronas pone en riesgo la salud de todas las mujeres y de nuestros hijos y saca a relucir las miserias de un sistema sanitario donde, como hemos expuesto en otras ocasiones, prevalece el sesgo de género, afectando principalmente al derecho de las mujeres de recibir una cobertura sanitaria justa y segura.

Segun la OMS, invertir en aumentar el número de matronas en todo el mundo evitaría dos tercios de las muertes maternas, de las muertes natales y de la mortinatalidad, salvando 4,3 millones de vidas al año.

¿Pero, por qué nos faltan matronas en España?

Para entender cómo hemos llegado aquí, nos tenemos que remontar al 1987, año donde la Unión Europea dictaminó que España no cumplía con los requisitos formativos. Esto ocasionó que las escuelas de matronas estuvieran 7 años cerradas y no fué hasta 1996, cuando, tras 9 años de parón en su formación, una nueva promoción de matronas se incorpora al mercado laboral.

Actualmente nos encontramos con un déficit de matronas y con un vacío de relevo generacional, ya que las matronas formadas antes de 1987 se están jubilando y no hay suficientes matronas nuevas que puedan reemplazar a las que se van a ir jubilando los próximos años.

FAME estima que en España se necesitan por lo menos 1.000 matronas más para alcanzar los ratios que aconseja la OCDE, pero Sanidad y las Comunidades Autónomas no abren suficientes nuevas plazas ni de formación ni laborales para suplir la demanda.

Una profesión vital, muy vocacional y poco valorada.

Pese a que diferentes estudios en España y en otros países demuestran que los partos asistidos por matronas tienen mejores resultados, acontecen menos intervenciones, requieren de menos medicalización y son más respetuosos, como vemos con otros sectores “feminizados” (el 91% de matronas son mujeres), las matronas están infravaloradas y tienen unas condiciones laborales muy precarias:

  • Contratos a tiempo parcial/ sin derecho a vacaciones.
  • Salarios bajos (Salario mensual medio de 1.600€ / 2.000€ brutos).
  • Guardias no remuneradas. 
  • Falta de personal y de recursos.
  • Elevadas cargas de trabajo.
  • Poco reconocimiento laboral y social.
  • Burnout laboral.

La escasez de recursos destinados a las matronas es otra evidencia más de que el sistema sanitario no da prioridad a las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres. 

En un día como el 8M reivindicamos la necesidad de dar a las matronas el lugar que se merecen, haciendo un llamado a que se dediquen más recursos para su formación y que se dignifique su profesión con más reconocimiento, mejores condiciones laborales y más autonomía y liderazgo en sus funciones.

Es vital para las matronas, es vital para garantizar partos respetados y es vital para la salud de todas las mujeres y de sus hijos.


Este artículo es de carácter informativo y no intenta diagnosticar, ofrecer tratamiento médico, nutricional o reemplazar el consejo de una terapeuta profesional. Consulta con una profesional de la salud antes de comenzar cualquier tratamiento.